Aventura con Martha
Las historias de magia surgen de la nada, de lo no planeado. Es así como una noche inesperada, mis experiencias sexuales dieron un giro de 180º. En la ciudad de Mérida me disponía disfrutar de una noche de amistad. Juegos, conversaciones, risas... La situación iba por unos derroteros en donde las 7 personas semi desconocidas allí presentes empezaban a generar una atmósfera placentera, sin tabúes. La complicidad iba en aumento, pero quedó ahí, en los jardines del austero alojamiento. Sin embargo, la noche fue a más, así que, cómo no, decidimos dar rienda suelta a esta complicidad en un grupo en donde reinaba el buen ambiente y nos fuimos a descubrir el centro, sus bares y a mezclarnos con su gente. Seguíamos con la complicidad, la cual iba en aumento. Un juego tonto hizo que todo fuera a más. Decidimos que había que dar protagonismo a un hielo, así que decidimos pasárnoslo de boca en boca. El hielo, se iba deshaciendo poco a poco, por lo que nuestros labios se iban juntando aún más...